Carlos Pedro Briceño, uno de los paracaidistas más experimentados con más de 13,000 saltos, comenzó su pasión por volar de niño al ver a los superhéroes en la televisión. A los 20 años, pudo empezar a practicar paracaidismo en Venezuela, gracias a los ahorros de su primer trabajo como controlador de costos después de graduarse en administración en Australia.

Su primer salto fue en 1999, una experiencia estresante pero emocionante, ya que no contaba con el apoyo de instructores como hoy en día. Tuvo que sujetarse al ala de la avioneta hasta el momento de saltar y aterrizar, quedando en shock y sin recordar lo vivido debido a la adrenalina. A lo largo de su carrera, Briceño ha realizado numerosos saltos icónicos, como en el Gran Cañón de Arizona, las Torres de Parque Central en Venezuela, El Pico Bolívar, El Tepuy Kukenán, logrando ser campeón en competencias como la Freefly Copa Gopro y la Probase Worldcup. Sin embargo, uno de los momentos más difíciles fue cuando en su octavo salto en España, su paracaídas se abrió enredado, obligándolo a desplegarlo a un metro de la pared antes de aterrizar a salvo, algo que no todos sus compañeros han logrado sobrevivir.